En primer lugar, debes convertirte en un verdadero aficionado al tenis. Seguir las retransmisiones siempre que puedas, no solo las frías estadísticas, así como comprobar de primera mano cómo reaccionan los tenistas, cómo se encuentran física y anímicamente, y tener en cuenta el momento del año en que se juega, el cansancio acumulado, en qué ronda se da el partido, etc.
El tenis es un deporte muy psicológico y en donde es posible encontrar tanto jugadores constantes como otros que van a rachas, y en cada temporada puede haber un grupo heterogéneo de jugadores dominantes o bien un número reducido de nombres que acaparan los títulos de mayor renombre.
Además, dado que algunas de las apuestas tenis más ventajosas son las que tienen que ver con el marcador, has de tener en cuenta también la peculiaridad de cada estilo de juego, cuál es la superficie y si se trata de tenis femenino o masculino.
Así, en los partidos de hombres es más complicado que el que saca pierda el juego, sobre todo en pistas rápidas como las de hierba o sintéticas. Sin embargo, las mujeres son más impredecibles en ese sentido, dado que sus servicios suelen ir a menos kilómetros por hora.
Pero aparte de lo obvio, que es que debes conocer a fondo el deporte, las estadísticas de los jugadores, su historial de cara a cara, así como el estado de forma y su ranking actual, para afinar tus pronósticos de tenis también puedes seguir algunas estrategias básicas que suelen funcionar muy bien:
Apostar contra el favorito cuando el head to head así lo insinúa: hay ocasiones en las que un jugador puede ser claramente superior en cuanto a ranking y sin embargo tener un destacado historial de derrotas frente a ese rival pretendidamente inferior. Cuando un tenista le tiene tomada la medida a otro, es más probable que se dé la victoria del no favorito.
Aprovechar las cuotas de resultado del partido en número de sets: cuando un jugador se ve como realmente dominador y el análisis de sus estadísticas previas así nos lo sugiere, puede ser rentable apostar a que ganará por un determinado marcador, como dos sets a cero (en un partido al mejor de tres). Como la posibilidad de tener un tropiezo siempre está ahí, estas apuestas suelen pagarse altas y tener por contra una alta probabilidad de que resulten exitosas.
Apostar a que se pierde el primer set: lo contrario al caso anterior, cuando prevemos que el favorito aún anda un poco frío (acaba de empezar el torneo), o que viene poco motivado o bien que no es su superficie preferida y el rival es un especialista en la misma; en estos casos podemos encontrar sensacionales cuotas a que el favorito pierde el primer set.
Cuando sí interesa apostar a favor del favorito: cuando la cuota es lo suficientemente alta, por encima de 1,30, y la diferencia con respecto al rival es de al menos 0,50, tenemos una alta probabilidad de éxito, especialmente durante las rondas avanzadas de los torneos.