A la hora de pronosticar el rendimiento de un equipo en su conjunto, en baseball más que en otros deportes se trata de una cuestión de equipo. Por supuesto, siempre hay figuras destacadas, pero en líneas generales es un deporte que no depende tanto de uno o dos jugadores como otras disciplinas. Eso sí, contar con un buen pitcher para los momentos claves puede suponer la diferencia entre ganar o perder.
Hay que considerar asimismo que se disputan muchos partidos de baseball seguidos y en ocasiones los mismos equipos se enfrentan durante varios días consecutivos, por lo que el cansancio y el análisis de las estadísticas de enfrentamientos pasados cobran aquí una especial importancia.
Y en cuanto a la dinámica de los partidos en sí, se trata de un deporte claramente dividido en dos fases por las que atraviesan ambos equipos.
Una es la de lanzamiento de la bola, y otra la de bateo. En los turnos de bateo hay que lograr el mayor número de carreras posible, y cuando un equipo viene de jugar partidos con un alto porcentaje de golpeos, es posible que hasta cierto punto esa dinámica se mantenga en el tiempo.
Para afinar bien los pronósticos durante la fase de bateo, se debe tener en cuenta que los bateadores más rápidos de piernas son los que suelen salir en los primeros turnos, mientras que los mejores del equipo suelen salir en los turnos intermedios.
En cuanto a la fase de lanzamiento, el orden de los lanzadores, al igual que sucede con los bateadores, está establecido antes del comienzo del partido, por lo que hay pocas sorpresas en ese sentido a lo largo del encuentro, y un buen pitcher es quien puede revertir la dinámica de un encuentro con lanzamientos precisos en el momento justo.